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Si alguna vez has vivido en una comunidad de vecinos o, como nosotros, has gestionado una finca, seguro que te suena el término “derrama«.

Pero, ¿qué significa realmente esta palabrita que a veces, mejor dicho, casi siempre, nos pone los pelos de punta? Desde el punto de vista de un propietario, una derrama puede parecer ese gasto inesperado que arruina tus planes de fin de semana. Pero tranquilos, que aquí vamos a explicar qué es, cuándo se aplica y cómo manejar estas situaciones sin que cunda el pánico. ¿Qué es una derrama según la Ley de Propiedad Horizontal (LPH)?

En pocas palabras, una derrama es una contribución extraordinaria

que todos los propietarios de una comunidad deben pagar para cubrir gastos que no estaban previstos en el presupuesto anual.

Es como si tu edificio tuviera un “cerdito hucha” para emergencias y, cuando se rompe algo caro, todos tienen que echarle un poquito más de dinero.

Según la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), esto se hace para mantener el edificio en buen estado y asegurarse de que todos los vecinos cumplan con sus responsabilidades. Por ejemplo, el artículo 9 de la LPH dice que las cuotas deben cubrir gastos generales como el mantenimiento, el agua, la luz y la calefacción. Pero si de repente se rompe el ascensor y no hay suficiente dinero, ¡zas! Ahí es cuando entra en escena la derrama.

¿Por qué nos tocan las derramas?

Las derramas suelen aparecer cuando menos te lo esperas, como esos vecinos que llegan sin avisar.

Imagina que un día te levantas y el ascensor decide que ya no quiere funcionar. Al revisar el presupuesto de la comunidad, descubres que no hay dinero suficiente para arreglarlo. ¿Solución?, la “indeseada” derrama.

Derramas que también pueden surgir por otras razones, como arreglar el tejado o instalar un sistema de seguridad nuevo. Vamos, cualquier cosa urgente que no esté en el presupuesto anual.

¿Quién decide si se aplica una derrama?

No te preocupes, que esto no es un capricho de nadie. La Ley de Propiedad Horizontal ya nos apunta que, como norma, hay que convocar una junta de propietarios, si el gasto se debe hacer urgentemente, si no es ese el caso, debemos tratarlo en la asamblea que corresponda.

Aunque también, hay casos en los que los presidentes y sus juntas de gobierno deciden,

por “urgencia reparadora”, acordar una derrama para acometerlo.

¿Cómo se distribuyen las derramas?

Las derramas, por lo general, no son iguales para todos. Éstas, en la mayoría de los casos, se reparten según la cuota de participación de cada propietario, lo cual significa que si tienes un ático enorme, te tocará pagar más que el vecino del estudio pequeño en la planta baja.

Por ejemplo, si el arreglo del ascensor cuesta 5.000 euros y tu cuota de participación es del 15%, te tocará pagar 750 euros. Si otro vecino tiene una cuota del 5%, pagará 250 euros. Así de justo, ¿no te parece?

Pero, también es práctica habitual, si es acordado en asamblea, que los comuneros decidan que ese gasto extraordinario sea financiado mediante una derrama “a partes iguales” o lineal.

¿Se pueden evitar las derramas?

Bueno, aunque no podemos evitar que las cosas se rompan, sí podemos tomar medidas para reducir las probabilidades de una derrama.

Y, en este caso, el mantenimiento preventivo es la clave. La revisión periódicamente de sistemas y elementos tales como el ascensor, o la instalación eléctrica, puede evitar sorpresas desagradables.

Otra buena idea es tener un fondo de reserva, como un colchón financiero para emergencias. La LPH, en su art. 9.f, establece que las comunidades tengan un fondo para reparaciones, conservación y rehabilitación de la finca, así que ahorrar un poco cada mes puede ser muy útil para evitar derramas futuras.

¿Es legal una derrama si no estás de acuerdo?

Si te preguntas si puedes negarte a pagar una derrama, la respuesta es “NO” y, una vez que la junta la aprueba de acuerdo con la ley, todos los propietarios deben pagar, incluso si no estaban de acuerdo.

Eso sí, puedes expresar tu opinión en la junta y tratar de convencer a los demás. Pero si la mayoría decide que hay que pagar, te tocará pasar por caja.

¿Qué pasa si no pago la derrama?

Si decides no pagar, la comunidad puede tomar acciones legales para recuperar el dinero.

Entonces, ¿qué es una derrama?

En resumen, una derrama es un gasto extra que los propietarios deben pagar para cubrir imprevistos que, generalmente, se decide en una junta, y se reparte, de una modo generalizado, según la cuota de participación y, aunque no nos guste, entender cómo funciona nos ayuda a manejar mejor nuestra participación en la comunidad”.

¡Y, con un poco de prevención, podríamos reducir esas temidas derramas!

En definitiva, aunque las derramas no sean la parte más divertida de vivir en comunidad, con buena planificación y comunicación, se pueden hacer más llevaderas y menos dramáticas.

En AFISER, con nuestra experiencia, nos encargamos de que tu comunidad esté bien mantenida, y que las derramas sean las menos posibles.

AFISER, tu administrador de confianza.