La guerra de los AACC.
La guerra de los AACC, esos aparatos ruidosos, puntos de instalación y mangueras que nos hacen sudar de verdad
Llegó el verano y con él «la guerra silenciosa» pero muy real en nuestras comunidades de propietarios, «la batalla de los aparatos de aire acondicionado (AACC)». Esos ruidosos compresores que parecen querer competir con un motor de avión, las eternas discusiones sobre dónde instalarlos, las mangueras de desagüe que acaban por donde menos deberían, y la fachada que termina pareciendo un árbol de Navidad tecnológico.
¿Te suena? Seguro que sí.
El enemigo en casa. ¿Por qué tanto lío con los AACC?
El aire acondicionado es el santo grial del verano, pero en las comunidades no todo es tan fresquito como parece y los conflictos surgen por:
- Ruido infernal. Los compresores son necesarios, pero no siempre silenciosos. ¿Quién aguanta un aparato que zumba justo bajo su ventana a las tres de la mañana
- Puntos de instalación que nadie quiere. Fachadas, balcones, terrazas, cubiertas, ¿dónde ponerlos sin fastidiar a nadie.
- Mangueras y desagües fuera de lugar. ¿Quién no ha visto una manguera escurrir agua por la fachada o incluso en la entrada de otro vecino? Eso genera humedades, malos olores y mal rollo asegurado.
- Estética destrozada. El diseño exterior del edificio queda herido con cables, tubos y cajas de plástico que rompen la armonía visual.
La Ley de Propiedad Horizontal. «El árbitro del partido».
Si la batalla se pone fea, la Ley de Propiedad Horizontal (LPH) tiene la última palabra. Este marco legal regula las obras y modificaciones en las comunidades y deja claro ;
- El artículo 7.1. obliga a que ningún propietario pueda hacer obras que dañen la seguridad, estabilidad o el aspecto exterior del edificio sin permiso.
- El artículo 9.1 señala que cualquier modificación que afecte a elementos comunes —y la fachada suele serlo— requiere el visto bueno en junta, normalmente con mayoría simple según el artículo 17.7.
La fachada y elementos comunes son propiedad de todos, por lo que no se pueden usar arbitrariamente para poner cualquier cosa sin consenso.
No vale instalar ese compresor a lo loco.
Normativas municipales. «El árbitro local que también decide».
Además de la LPH, cada municipio tiene su propia regulación que influye directamente en la instalación de aires acondicionados, y es fundamental conocerla para evitar sanciones y problemas.
Por ejemplo, muchas ordenanzas municipales establecen:
- Límites máximos de emisión sonora. No solo debe respetarse la tranquilidad de los vecinos del mismo edificio, sino también la de la calle y entorno.
- Restricciones sobre la ubicación. En zonas históricas o protegidas, puede estar prohibida la instalación en fachadas visibles desde la vía pública o limitarse a ubicaciones específicas.
- Obligación de permiso o comunicación previa. En algunos municipios es obligatorio solicitar licencia o presentar comunicación previa para la instalación de unidades exteriores, sobre todo si afectan a elementos comunes o fachada.
- Medidas de aislamiento acústico. Se puede exigir el uso de materiales o sistemas que reduzcan el impacto sonoro.
Consulta siempre la normativa local o pide asesoramiento profesional antes de realizar cualquier instalación.
¿Cómo ganar la batalla y mantener la paz?
La clave está en la prevención y en normas claras.
Te contamos algunas ideas que funcionan para las comunidades:
1. Crear un reglamento interno específico para AACC. Este documento, aprobado en junta, puede regular:
-
- Lugares autorizados para instalar unidades exteriores.
- Alturas, distancias y niveles máximos de ruido permitidos.
- Tipos de instalación y canalizaciones aceptables para desagües y cables. Requisitos técnicos mínimos para evitar problemas.
Con reglas claras, se evitan discusiones y demandas.
2. Habilitar zonas técnicas para las unidades exteriores.
Muchas comunidades buscan patios interiores, cubiertas o zonas técnicas específicas para ubicar los compresores, alejados de ventanas y balcones, con aislantes acústicos para reducir el ruido. Así todos ganan, ni estética destrozada ni vecinos con dolor de cabeza.
3. Controlar la instalación y el mantenimiento.
Obligar a que las instalaciones las realicen profesionales cualificados, con las autorizaciones pertinentes y cumpliendo normativa..
También que se hagan mantenimientos para evitar fugas, ruidos extra o desagües fuera de sitio.
4. Apostar por la mediación y el diálogo.
A veces basta sentarse con el vecino y hablar para buscar soluciones conjuntas, horarios de funcionamiento, o incluso compartir unidades de refrigeración en casos de proximidad.
5. Actuar con rapidez en caso de incumplimientos.
Si alguien instala un aparato sin permiso, genera molestias o perjudica a la comunidad, la junta debe actuar con rapidez para reclamar y exigir la adecuación o retirada.
¿Y tú qué puedes hacer si tienes problemas con los AACC?
- Consulta el reglamento de la comunidad.
- Pide a la administración o al presidente información sobre la normativa aprobada para AACC. Si no existe, plantea la creación de un reglamento para evitar problemas futuros.
- Consulta las ordenanzas municipales que puedan aplicar a tu edificio.
- En caso de conflicto, utiliza la vía amistosa, mediación o la junta para buscar soluciones.
- Y, si todo falla, recuerda que la Ley está de tu lado para defender la calidad de vida y la estética del edificio.
La guerra de los aires acondicionados no tiene por qué acabar con vecinos enemistados ni con fachadas de película de terror.
Con información, normas claras, conocimiento legal y sentido común, podemos disfrutar del fresquito sin que el calor se convierta en un motivo de conflicto.
Este verano, que el único ruido sea el del ventilador, y de las risas, no del compresor.